Antes de que existiera el mundo digital, antes de que se hablara y se popularizara la palabra influencer o influenciador, antes de que esto se convirtiera en un trabajo y antes de que las redes sociales llegaran para recomendar y aconsejar existieron las primeras influencers en la vida de todos y cada uno de nosotros, esas influencers que predecían el futuro cuando justo no hacíamos caso, esas influencers que con solo una mirada hacían que uno cambiara de acción o de actitud, esas influencers que no tuvieron reconocimiento alguno por esta labor pero que siempre han estado ahí con una sabiduría única y antigua y a las cuales tenemos el honor de decirles MAMÁ.
Influencer es aquella persona capaz de influir en la vida de los demás y nuestras mamás sí que influyen en nuestras vidas, sino fuera así cuando nos independizamos no estaríamos llamándolas más de 500 veces al día para preguntarles cuantas tazas de agua por cada taza de arroz o cualquier otra receta que solo ellas saben preparar con el toque mágico y especial o no les preguntaríamos mil veces en el día por algo que no encontramos porque solo ellas saben dónde está todo en nuestras casas, recuerdo mucho cuando estaba en la universidad y una docente le pregunto a quienes vivían solos en la ciudad que jabón para lavar la ropa utilizaban, luego de esto les pregunto porque habían elegido ese jabón y la respuesta de todos fue “porque es el que mi mamá compra en la casa”.
Sin darnos cuenta muchas de las decisiones y de las actitudes que tenemos como consumidores se lo debemos al ejemplo de nuestras madres, continuamos con la tradición de comprar un producto porque ella lo hacía o por el contrario nos abstenemos de comprar algo porque por experiencia a nuestra mamá alguna vez le fue mal, muchas de nuestras decisiones de compra han sido adquiridas y eso sí que es un poder de influencia que jamás se podrá igualar ni con billones de seguidores en una red social, crecimos en medio de consejos y de acompañar a nuestra mamá a realizar sus compras y esos actos se fueron quedando en nosotros y los replicamos hoy en día, muchos los modificamos, los mejoramos o los olvidamos pero inconscientemente la influencia de nuestras madres está marcada en cada decisión de compra, en nuestra postura como consumidores, en las creencias que vivimos desde niños y que de grandes vamos analizando encontrándoles algún sentido para aplicarlo en nuestras vidas y en el mercado que nos rodea, mi mamá siempre dice que mi abuela solía decir que en los productos del cuidado facial es algo en lo que no podemos escatimar gastos, después de todo es nuestra piel, mi mamá lo aplica a diario y ahora mi hermana y yo lo hacemos buscando siempre el producto adecuado e inconscientemente llevando este consejo en la mente cada vez que debemos realizar alguna compra para el cuidado facial.
Cuando realizo mis asesorías a emprendedores y creadores de marca al momento de crear el avatar de marca siempre les pregunto si ese cliente ideal sigue a influencers y de ser positiva la respuesta a que influencers seguirían, la respuesta es variada pero solo una me dejo bastante sorprendida, cuando le pregunte su cliente ideal a que influencer seguía me respondió “mi cliente ideal sigue a su mamá” desde que somos niños imitamos todo lo que vemos, es nuestra manera de aprender y de explorar el mundo así que pensar en que una mamá sea el influencer de un cliente ideal no es una idea descabellada, es la realidad y el mejor ejemplo sobre lo que es el ser un influencer positivo, la mayoría de influencers buenos que existen en el mercado no se autoproclaman influencers, su actuar y sus decisiones en sus redes sociales y en la vida hicieron que las personas los vieran como un ejemplo, nuestras madres son eso, son influencers en nuestras vidas desde el momento que nacemos sin necesidad de un interés ni una retribución monetaria por su recomendación, es la primera a la que acudimos para un consejo, a la que le preguntamos cuando necesitamos algo, la que por años nos ha regalado su sabiduría para la vida, la que quiere subir mil fotos de cuando éramos pequeños para que nuestra familia y sus amigas las vean, la que llamaremos cada vez que debamos elegir alguna verdura o fruta en el mercado porque elegir la correcta tiene su ciencia y truco y aquella que nunca sabrá que es una influencer pero que continuara siéndolo aun cuando físicamente ya no esté con nosotros porque su esencia y sus consejos de influencer se quedan con nosotros.
Así que la próxima vez que nos hablen de influencers y nos pregunten si seguimos a alguno que nuestra respuesta sea un SI rotundo y con orgullo, nuestra mamá. Feliz mes mamás que sean celebradas no solo en mayo sino cada día gracias por su sabiduría infinita, por ser las mejores influencers para construir nuestros días y a la mía gracias por sus bases e influencia para ser la voz que hoy soy en BUSINESS À LA MODE.
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