La semana pasada la marca Santandereana Maliné BG y sus diseñadoras María Alejandra e Inés Ballesteros me invitaron a su boutique para vivir de cerca ese proceso de arte manual que ellas elaboran en cada uno de sus diseños y que complementa ese ADN de marca y ese valor diferenciador que las hace únicas dentro del mercado como lo es la pintura hecha a mano en algunos de sus productos y el proceso creativo y de arte detrás de esta marca al momento de diseñar sus colecciones, un trabajo con el cual buscan crear consciencia y cultura de arte y valor, para ello me pidieron elegir alguna prenda de mi closet que ya no utilizará tan frecuentemente pero que quería darle un aire diferente y único y con ello experimentar un proceso creativo que a veces damos por sentado y que es lo que sustenta y le da vida a una prenda de diseñador, un proceso que me permitió observar y entender aún más de cerca el amor, la pasión y el ADN que ha construido esta marca junto a Inés y María Alejandra y la importancia de valorar un producto que desde el inicio te ofrece exclusividad pero sobre todo calidad y durabilidad en el tiempo, factores claves en nuestra actualidad no solamente en cuanto al valor real que existe detrás de una prenda y un diseño, que tanto les insisto, sino también un proceso que se puede convertir en una acción que contribuye con el cuidado del medio ambiente y con ello planteándome 2 preguntas:
¿Tienes prendas en tu closet las cuales sientes que han cumplido su ciclo, pero su calidad es tan excelente que dudas del desprenderte de ellas?
¿Te has preguntado alguna vez cómo desde la moda y tus acciones como comprador puedes generar un impacto positivo hacia la grave problemática ambiental que estamos viviendo?
Quizás te preguntes que tienen que ver estas dos preguntas pero la realidad es que la industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta tierra gracias a la llegada del fast fashion, al uso masivo del agua para la elaboración de prendas y materias primas y las emisiones de gases en las fábricas de producción, eso por nombrar algunas de las practicas que tristemente están apagando a nuestro planeta y aunque mucho se habla acerca de la concientización que deben y están haciendo las marcas, diseñadores y emprendedores de moda para mejorar de a poco esta situación, nosotros como consumidores no podemos quedarnos atrás.
Constantemente en mis posts les hablo de la importancia de valorar un producto más allá de su precio, valorarlo por su ADN, por su valor agregado y diferenciador así como su calidad es ahí donde entran en juego esas prendas e incluso complementos y accesorios de una calidad inigualable que los hace perdurar en el tiempo siendo reliquias en nuestro closet, pero soy consciente que muchas veces sentimos que esas piezas o prendas cumplen su ciclo o ya no se ven tan a la moda como en un principio pero tampoco queremos desprendernos de ellas, es ahí donde entra en juego lo que en moda se llama customización e intervención de las prendas, la manera cómo podemos darle una nueva vida a nuestras prendas y también prolongar su vida útil dándole una nueva oportunidad de lucir en la pasarela diaria de la vida.
Cuando hablamos de intervenir alguna prenda, hablamos de darle toques nuevos a nuestras prendas ya sea a través de pinturas, apliques, perlas, cortes o transformaciones totales llamadas customización que hacen que la prenda tome una nueva función como por ejemplo un pantalón convertido en falda y con ello creando nuevas prendas y opciones de outfit dándoles una nueva oportunidad que sin pensarlo contribuyen y se convierten en moda verde.
El ideal al momento de realizar una compra más allá de nuestro estilo, gusto y si se ve bien en nosotros, es pensar en su versatilidad y en su durabilidad, en la prolongación de esa prenda con el paso del tiempo, una prenda que inclusive puede llegar a ser heredada y que simplemente con algún detalle podamos darle nuestro toque personal y traerla a la vida nuevamente.
El problema ambiental es real, que nos quedan pocos recursos también es real, no es invento de las grandes empresas o de los gobiernos, es una realidad que nos afecta a todos y que debemos buscar medidas desde nuestros hogares y hábitos diarios para mejorar y contribuir a esta problemática que nos afecta directamente, la customización es una de esas prácticas que podemos tener en cuenta, darle una nueva vida a nuestras prendas es evitar el consumir una nueva de manera tan repetitiva y con ello evitar que se continúe ese proceso de gasto de agua y emisión de gases en la producción, pero también es aprender a realizar compras conscientes y ser consumidores inteligentes al valorar aún más todas aquellas marcas que nos ofrecen calidad, utilitarismo, durabilidad y diferenciación valorando el talento y el trabajo detrás de cada una de ellas y la importancia de las mismas para contrarrestar la problemática ambiental.
Maliné es una marca ejemplo de ello, la moda verde es una de las tendencias dentro del mercado de moda actual, esos actos que las marcas pueden realizar para reducir la huella negra ambiental causada por el sector, y desde un inicio Maliné ha sido consciente de esto elaborando pocas prendas por unidad ofreciendo al mercado diseños únicos, un valor agregado y diferenciador basado en el arte y la implementación de materias primas y contrato con proveedores ecológicos que no solo dan exclusividad a su marca y a sus clientes sino que contribuye con el cuidado del planeta tierra.
¿Y tú de qué manera piensas contribuir para la moda verde?